Como mamás empresarias, constantemente enfrentamos el reto de equilibrar nuestras responsabilidades familiares con las profesionales. Y una de las decisiones más importantes que debemos tomar es cómo trabajar: ¿optamos por la modalidad presencial o remota? Cada una tiene sus ventajas y desventajas, y en mi experiencia, la clave está en encontrar lo que mejor funcione para nosotras, nuestras familias y nuestros negocios.
Ventajas del Trabajo Presencial:
- Separación Clara entre Trabajo y Familia:
Una de las mayores ventajas del trabajo presencial es la separación física entre el espacio laboral y el hogar. Ir a una oficina nos permite «cambiar el chip» y centrarnos completamente en las tareas profesionales sin las distracciones que pueden surgir en casa. - Interacción Personal y Networking:
Estar en un entorno de trabajo presencial facilita la interacción cara a cara, lo que fortalece las relaciones laborales y facilita la comunicación. Para nosotras, como empresarias, el networking es crucial, y nada supera la cercanía que permite una conversación en persona. - Estructura y Rutina:
La rutina diaria de salir de casa, ir a la oficina y regresar nos brinda estructura. Esto puede ser beneficioso para quienes, como yo, necesitan un marco definido para mantener la productividad y la organización en el negocio. - Acceso a Recursos Inmediatos:
Estando en una oficina o espacio físico de trabajo, tenemos acceso rápido a herramientas, equipos y colegas que pueden ser esenciales para la toma de decisiones rápidas y la ejecución de proyectos.
Desventajas del Trabajo Presencial:
- Tiempo de Traslado:
El tiempo que pasamos trasladándonos a la oficina puede ser agotador. En mi caso, podía perder horas en el tráfico, lo que reducía el tiempo que podía pasar con mis hijos o trabajar en tareas pendientes. - Menos Flexibilidad:
El trabajo presencial implica cumplir con un horario más rígido. Si surge una emergencia familiar o necesito estar presente para mis hijos en ciertos momentos del día, puede ser más complicado ajustarme a las demandas laborales. - Cansancio y Estrés:
El ir y venir constante, combinado con la carga de trabajo y las responsabilidades en casa, puede generar un nivel de estrés que afecta nuestro bienestar. A veces, llegar a casa agotada tras un largo día en la oficina nos deja con poca energía para dedicar a la familia.
Ventajas del Trabajo Remoto:
- Flexibilidad Horaria:
Para mí, esta es una de las mayores ventajas del trabajo remoto. Puedo ajustar mis horarios para estar presente en momentos importantes de la vida de mis hijos, como recogerlos del colegio o asistir a actividades. Esta flexibilidad me ha permitido sentirme más conectada con ellos sin dejar de lado mi empresa. - Eliminación del Tiempo de Traslado:
Al trabajar desde casa, ya no pierdo horas en el tráfico, lo que me deja más tiempo para ser productiva o simplemente disfrutar de un momento de tranquilidad en familia. - Comodidad en el Entorno:
Trabajar desde la comodidad de mi hogar me permite crear un ambiente más relajado. Puedo organizar mi espacio como me gusta y tomar descansos breves cuando los necesito, algo que es difícil en un entorno de oficina tradicional. - Mayor Control sobre mi Agenda:
Desde casa, tengo mayor autonomía para gestionar mis tiempos y prioridades. Si un proyecto no requiere atención inmediata, puedo enfocarme en mis hijos por la mañana y retomar el trabajo por la tarde o noche, adaptándome a lo que funcione mejor para mi familia.
Desventajas del Trabajo Remoto:
- Falta de Separación entre Trabajo y Hogar:
Una de las mayores desventajas que he experimentado al trabajar de manera remota es la dificultad para desconectar. A menudo, las fronteras entre lo profesional y lo personal se difuminan, y puedo terminar trabajando más horas de las que planeo, lo que afecta mi tiempo en familia. - Distracciones en Casa:
Aunque trabajo en casa para estar más cerca de mi familia, las distracciones son inevitables. Mis hijos pueden interrumpir mis reuniones o necesitar mi atención justo cuando estoy concentrada en un proyecto importante. - Menos Interacción Social:
La soledad puede ser un desafío. A pesar de que las videollamadas y el chat son útiles, la interacción cara a cara con colegas o socios de negocios me ha faltado, y a veces echo de menos la energía y las ideas que surgen en un entorno colaborativo. - Falta de Estructura:
Si no somos disciplinadas, el trabajo remoto puede volverse desorganizado. A veces, puede ser difícil mantener la productividad sin una rutina fija, y puedo encontrarme saltando entre tareas domésticas y laborales sin ser realmente eficiente.
¿Cuál es la mejor opción?
Después de experimentar ambas modalidades, he aprendido que no existe una respuesta única. El trabajo presencial tiene sus ventajas, sobre todo si valoramos la interacción cara a cara y una clara separación entre trabajo y hogar. Por otro lado, el trabajo remoto me ha permitido ser más flexible y estar más presente en la vida de mis hijos.
Lo ideal es encontrar un equilibrio. Personalmente, combino ambas modalidades según las necesidades de mi negocio y de mi familia. Algunos días trabajo desde casa, otros voy a la oficina para reuniones clave o para concentrarme en proyectos importantes sin distracciones. Como mamás empresarias, debemos ser flexibles y adaptar nuestras rutinas a lo que mejor nos funcione, siempre priorizando nuestro bienestar y el de nuestra familia.
Lo más importante es que tomemos decisiones conscientes sobre cómo queremos trabajar, sabiendo que tenemos opciones para construir un estilo de vida que nos permita disfrutar de lo mejor de ambos mundos.